"El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga"
Sí en efecto, o por lo menos esa es mi opinión no se sirá también compartida por vosotros. Cuando disfrutas de lo que haces, parece que las cosas parecen que cuestan poco. Eso no es cierto, la cuestión es que la actitud con la que realizas las cosas, el compromiso, la perseverancia y el sacrificio minimizan la fatiga por el disfrute de lo que haces, de los resultados que consigues, con todo aquello que aprendes y por último con todo aquello que comparten.
¿Esto aparte de la actitud lo trae el encontrar tu vocación? De nuevo bajo mi criterio, la respuesta es afirmativa. Con vocación, la profesionalidad y el talento inunda cada cosas que realizas. El detalle con el que puedes terminar cada cosa, te apasiona y te reta. Y ese desafío, puede ser imparable e infinito.
¿Os imagináis como seria nuestro mundo sí todos disfrutáramos de lo que hacemos?
Sería fantástico. Erradicaríamos el estrés y muchas enfermedades asociadas a este. Por ello, nuestra fatiga, nuestra energía, se puede autocontrolar como la gasolina en el coche. El problema que nos ocurre, cuando traspasamos esos niveles, por lo que nos condiciona, nos incide al miedo, nos limita, nos hace que nos vaciemos con las consecuencias que nos trae consigo. Pero no hay como una gran descanso, para volver a llenarnos el depósito. Pero el que nos ocurra esto a menudo, puede que nos provoque otro tipo de cosas en nuestro cuerpo y organismo que puede que su balanceo al estado normal no sea tan sencillo de volver con un simple descanso.
Por ello, pensemos en aquello que nos apasiona, que nos mueve, que nos incide a evolucionar como personas y el profesionales y vayamos en busca de ellos. Como diría un amigo mío, a veces lo fácil lo hacemos difícil. Por que no nos proyectamos, pensamos y hacemos cada día a dia, aquellos que nos provoque placer.
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