viernes, 3 de junio de 2016

¿Realidad o Utopía en el Mundo TI?


Después de ilustrarnos con este maravilloso vídeo sobre la realidad o la Utopía de lo que pasó, pasa o pasaré en nuestro Mundo TI creo que los pensamientos y los sentimientos que cada uno puede albergar son muchos en base a lo experimentado o vivido.

Por un lado, siempre tenemos esa frase que el Valor siempre lo tiene que definir el Cliente. Y que nosotros como proveedores de servicio lo que tenemos que hacer es proporcionarlo o generarlo.

Hasta aquí bien. Pero, no porque el cliente defina lo que el piensa que es Valor, nosotros se lo tenemos que entregar a cualquier coste. Y mucho menos, no ser éticos, al perseverar a que no todo se puede hacer. O bien porque no disponemos de medios, recursos y capacidades. O bien, porque lo que nos solicitan es imposible de realidad. Sin entrar, ni siquiera ya, a valorar los motivos ya que las conclusiones que los que lo hayáis visto, serán del todo suficientes.

Pero a veces, por ganar un concurso. Un proyecto. O un servicio. Los proveedores somos capaces de decir sí a todo. Aunque ahora en este mismo instante, nuestros clientes no pidieran ir a Marte, muchos aunque sepan que es irrealizable en estos momentos, afirmarían rotundamente que no solamente les proporcionaríamos el viaje de ida, sino que el de vuelta más la estancia estaría dentro del "Todo Incluído" como en los hoteles.

Me quedo con la expresión del Experto. Donde por salvaguardar su puesto, al final entra de lleno, claudica ante el sistema y, se separa de sus convicciones con tal - por miedo en la mayoría de los casos - de mantener su status quo y necesidades básicos.

La pregunta es:

¿Cuándo las cosas se realizan así que tipo de servicio, proyecto o producto llevaremos a la realidad? ¿Dónde estará esa calidad? ¿Ese valor? ¿Esa profesionalidad? ¿Esa ética? Y seguro que se os ocurren más de cien cuestionemos más.

Magnifica historia, que como poco nos debería hacer reflexionar, tanto como profesional como a nivel de empresa en el ámbito de cómo interaccionamos en la propia realidad.