He recordado y de nuevo traído aquí algo que hace un tiempo escribí para situar a los jefes de proyectos en el lugar que debiere explicando lo que en muchas ocasiones sufren y es su día a día. Espero que les guste.
Para que en su singladura independientemente de
avatares, circunstancias,
presiones e inquietudes que siempre tienen u ocurren, en casi,
por
no decir todos los proyectos - creo con
humildad - que un PM debería disponer – no quita
que ya sean innatas en él - de una serie
de
intangibles,
capacidades y skills, que complementen su experiencia
y conocimiento tecnológico, a su
honestidad e
integridad como
persona, para llevar
a buen término,
su
creación, participación, perseverancia y compromiso
en el proyecto
que le toca o toque lidiar.
Alego al símil taurino, ya que en cuantas situaciones el PM se encuentra o se ha encontrado en el
centro del
ruedo,
con todas
las miradas
fijas
en él,
con una mínima muleta y un escueto estoque, una mínima cuadrilla con conocimiento ínfimos del arte – pero ante todo su equipo imprescindible
para acometer su andadura - y le toca lidiar a lo largo
de los diferentes
cambios de tercios, con un impresionante
morlaco – el proyecto – y tanto la presidencia del coso – el cliente – como su representante – su empresa -
le
exigen una excepcional
faena, con
lo recursos
irrisorios
que
dispone y
que
corte orejas y rabo
y salga por
la puerta grande. Siendo las cornadas y volteretas que le de el morlaco, gajes del oficio y que debe
asumir
como
riesgos de la lidia.
Estos referentes
o intangibles que incidía antes y premisas básicas que debe disponer el PM las cuáles en mi foro interno, yo intento reflexionar cada día en su cumplimiento y prestancia son para mí la visión, en la cual reside una
creatividad doble; una
primeramente en la cabeza, mente, pensamientos y
paradigma del PM en lo que representa el
proyecto para él; su ámbito, alcance, responsabilidades, recursos con los que cuenta y, otra segunda hacerla realidad con su participación y directriz sin perder su enfoque, desde el inicio del
proyecto hasta su finalización.
El PM debe disponer de la disciplina necesaria, para
planificar, gestionar y ejecutar el
proyecto, en base a
una estrategia preconcebida y definida una vez que
estableció su visión, independientemente de la metodología
que se utilice para llevar a cabo el proyecto, sí es
la
que genere la AEPDP,
mejor que mejor. Pero todo se
andará, los pasos están dados.
Esto le hará mirar siempre adelante, independientemente de los
imprevistos del proyecto (cliente,
usuarios,
proveedores, equipo,
riesgos,
entregables, plazos, costes, etcétera), alcanzando los diferentes hitos,
y
estrechando
el
GAP desde
la posición relativa que esté
en
el proyecto,
con el término
del mismo, y su
visión, alcanzando los
resultados y
objetivos esperados.
Al PM hay
algo que
no le
puede quitar
nadie – ni presidente del coso ni representante - que
le es propio
y, que
debe representar la fuerza de encarar el día a
día, independientemente de
la presión, que sufre
desde el inicio, durante y
término del proyecto.
Hablo de su pasión, el disfrutar con lo que hace,
el hacer las cosas
correctamente, su empeño en las tareas que realiza,
su
actitud frente a desavenencias; su empatía de primer entender para luego ser entendido; su sinergia
considerando siempre y teniendo siempre en mente la
palabra nosotros
y la
relación
ganar-ganar
para establecer soluciones
frente a los caminos críticos que satisfagan a todas las partes.
Su responsabilidad - capacidad de obtener una respuesta para cualquier problemática que
surja en el proyecto y
darle solución llevándola a la
práctica - su emoción y su sacrificio con que realiza la disciplina en busca de
hacer realidad, su visión. Y compartir con su equipo cualquier éxito, ya que sin ellos, sería totalmente imposible e
inviable haber llegado a lo estipulado. Así como aprendiendo más que des sus fracasos, de experiencias negativas y
vaivenes que pueda sufrir durante el proyecto.
Y por último el PM debe disponer como fuerza interior de la última cualidad, la más importante de todas, una gran conciencia, la cuál, gobierna a las otras tres – le convertirá en un gran líder – la que le
hará que
su autoridad
moral este por encima y surta efecto sobre la autoridad formal, a la hora de llevar el proyecto.
Esto le hará al PM en cada
paso o circunstancia seguir en toda regla sus principios y valores
sin
fisuras,
demostrando su honestidad e integridad. Lo que le hará que esté por encima
de fricciones, fuera de coacciones,
tretas y otros acontecimientos que todos sabemos y hemos sufrido, durante el proyecto y le
permita desarrollar y
capacitar más si cabe, su valía y potencial como profesional.
Con esto no se juega y no se debe permitir que se juegue, son reglas que uno debe marcar desde el inicio, para que se les respete, tanto a la persona como al profesional. Se le podrá juzgar por otro tipo de cosas, pero no por estas. Con ellas, el PM puede afrontar cualquier
proyecto, creciendo con el mismo y demostrando todo aquello que es capaz de hacer y
de
llevar a cabo, bajo su directriz.
Esta serie de cualidades, desde mi punto de vista a parte de ser fundamentales, para el aprendizaje y asunción de conocimiento continuo a través de la experiencia, son aplicables
a otros roles dentro de la Tecnología de la Información – cambiemos las palabras PM y proyecto por SM (Service Manager) y servicio - y estaremos en el
mismo caso, aunque las funcionalidades
y responsabilidades de su puesto, sean diferentes.
Partimos
que todo hecho se
inicia con una idea de negocio, una oportunidad en el sector para la empresa,
una
creencia o un cambio de rumbo; la cual se puede poner en marcha a través
de una serie de
iniciativas; las cuales
previo estudio de viabilidad o análisis de oportunidad y su posterior aprobación, si cumple una serie de requerimientos por ejemplo presupuestarios o de capacidad de infraestructura, desencadenan en el inicio de un proyecto.
El cual crece, se desarrolla y con su muerte o terminación, da vida al servicio, poniendo en marcha y a su disponibilidad, esa serie de funcionalidades para el negocio,
cuyo resultado y objetivo satisfaga las expectativas
que
al principio se generaron con dicha idea del negocio.
Por tanto, para que se cumplan dichas expectativas, seamos conscientes las
partes interesadas desde el principio, confiando
en la profesionalidad del PM, y proporcionémosle los recursos mínimos para trasladar y ejecutar, su trabajo, junto con su equipo
y el
del cliente, para hacer vivo y posible ese servicio, producto o funcionalidad que requiere el negocio, en plazo, presupuestos y coste.
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