Rememorando y haciendo memoria de cosas escritas me surge la duda sí dichas cosas siguen teniendo vigencias o no. En este caso, es algo que escribí hace casi ya cuatro años justo antes de que saliera publicada la última versión de ITIL 2011. Por favor, lean, juzguen y veamos sí lo dicho hace cuatro año, qué parte de lo mismo, sigue teniendo validez de acción ahora y qué cosas cambiaríamos o han cambiado.
Vigente ITIL V3 y en ciernes la nueva actualización esperada para el día 29 de Julio, me gustaría rememorar ITIL V2 cuya caducidad fue anunciada y sellada el 30 de Junio de este año - se habla del 2011 - siendo necesario comentar que fue para mí un gran descubrimiento e impresión, la sencillez del concepto pero su complicación llevada a la realidad, descrita magistralmente en el libro Planning To Implement Service Management.
El que haya tenido el placer recordará o tendrá en mente ese gráfico o figura que describía de forma concisa y clara el flujo de cuál era la visión qué pretendemos; ese dónde estamos; ese dónde queremos estar; ese cómo llegar; ese cómo saber sí hemos llegado y, esa nueva vuelta en el ciclo para mantener el empuje o apalancamiento.
Estrechando o minimizando el GAP que tuviéramos, aumentando nuestra madurez en los procesos gestionados asegurando el cumplimiento de los objetivos definido - SMART: Specific, Measurable Achievable, Realistic, Timely – ayudado por la tecnología que diera soporte, evaluando las mediciones o indicadores. Siempre, claro está, basados o alineados con el negocio, los cuáles, nos indicarán como de bien lo estamos o estaremos haciendo.
Recordemos
que hace unos cuantos años las herramientas que daban soporte a los procesos, no eran mágicas como algunos pensaban – y con instalarlas se creía que ya
teníamos
hecho el trabajo y cubierta nuestra
necesidad y la del negocio, craso error -
así como no estaban
totalmente integradas ni
cubrían la totalidad de los
mismos.
Y la ambición y el enfoque
a la hora
de afrontar ITIL en la organización, no requería o no se realizaba el
estudio o business
case
correspondiente, que nos llevara a tomar una decisión
correcta, en base a nuestros objetivos estratégicos, si dicha adopción, en su totalidad o en parte, en nuestra forma de hacer las cosas, nos traería la panacea a nuestra organización con la correspondiente efectividad,
eficacia, eficiencia y en su suma la calidad en la prestación de los servicios que colmase la expectativas de nuestros clientes.
Una nimia formación
y concienciación,
un gran oportunismo, una venta de humo tóxico rápida y eficaz, una
rápida consultoría
para realizar una
RFP con un objetivo inabordable con una mínima solvencia en resultados, una
única
idea subyacente, en
algunos casos, consistente en
encasquetar
la suite de
herramientas, hizo
y en algunos
casos
aún hace,
que la
inversión
que realizan las
organizaciones y los
proyectos planificados, se paralicen y no se completen.
Dejando a medias algo,
que trae
consigo confusión, puede que más burocracia a la empresa y, en suma, tirar el dinero por el retrete. Siendo la consecuencia más importante, no creer en la consultoría, en el sector, en el valor que puede
generar su adopción
- para generar y fomentar una
cultura de hacer y realizar las cosas – a nuestros servicios,
negocio y clientes, el acometer dichas buenas prácticas.
Otro error y confusión, es en lo relativo al caos que produce en las organizaciones
que han empezado su adopción, las diferentes
versiones
por no entender su definición y concepto. ITIL se puede
definir como la biblioteca
que documenta las buenas prácticas en la gestión de
Servicios TI. Y como tal, es un cúmulo
de volúmenes de consulta, no hay que tirar
a la
basura ediciones anteriores.
Si no adecuar aquellos conceptos, quick wins,
o prácticas que nos vengan como anillo al dedo, para resolver problemáticas en la forma de gestionar
nues- tros servicios que satisfagan las necesidades de nuestros
clientes. Por ello, si no se entiende el
objeto y alcance,
dicho proyecto, como ocurrió, ocurre y ocurrirá traerá el
mayor
de los fracasos, desde las primeras de cambio.
Por tanto, antes
de acometer nada, de forma seria, debemos conocer en profundidad que nos puede aportar a nuestra organización,
adoptar ITIL – sí es que nos puede aportar algo – tomando como base los objetivos estratégicos de la empresa; dejemos la pureza de la teoría y analicemos y concretemos
con
rigor la viabilidad del posible proyecto.
Qué beneficios podría
esperar el negocio, qué riesgos, obstáculos
y problemas potenciales
nos podemos encontrar, porque no es oro todo lo que reluce
o se vende en primera instancia – cambio de mentalidad, seguras resistencias al cambio, posible cambio organizativo
– qué
nos costará su adopción y su mantenimiento; en formación,
consultoría, en inversión
en infraestructura, Software – licenciamiento - en recursos, etcétera.
La respuesta nos la dará con
fiabilidad un business case. Pero
para disponer de una información
veraz
y real de dónde queremos estar
y tomar esa decisión al respecto, bajo
mi opinión y experiencia, considero necesario como
acercamiento y granularidad
el realizar un Assessment. En el cuál, con dicha evaluación, se realizará una comparación de los procesos propios
que dispone la empresa con respecto a las mejores prácticas de ITIL, estableciendo un nivel de madurez.
Estableciendo
el punto de ese dónde estamos, definiendo
nuestra situación actual y
analizando el GAP – brecha - o
distancia
de la posición dónde querríamos estar. Con ello, podemos establecer
un roadmap – hoja de ruta – de propuestas,
de mejoras y una prioridades, que sirvan
en detalle, dicho estudio
más minucioso, que proporcionará la información necesaria, para
ese business case.
Otro tipo
de evaluación
que puede estar contenida en
dicho assessment, o hacerse en paralelo, pero que su
fin, sea integrado en el documento para la toma de decisiones, es la utilización de CobIT - Control objetives for Information and related Technologies – y su relación
con los procesos de ITIL.
Establecidos por la empresa sus objetivos de negocio y planes
estratégicos, a través de CobIT, se alinean dichos objetivos
de
Negocio con los objetivos
de TI, relacionando los objetivos de Control del primero con los procesos de ITIL.
Con esto, nuestra TI
estará
alineado con lo
que el
Negocio, requiere,
necesita e intenta conseguir, y
servirá
para
disponer de los parámetros necesarios
para definir una estrategia correcta. Nos indicará
que procesos
dentro de
las buenas
prácticas, serían los
prioritarios por y para el
negocio,
abordar en
primera
instancia, en
el caso,
que lo
descrito en el business
case, tuviera
como
salida una luz verde,
para
acometer el proyecto de la adopción de ITIL.
Aparte dicho trabajo realizado, con la comparativa CobIT – ITIL, nos proporcionaría los mimbres necesa rios, para realizar un
sistema de
métricas. Por lo
que, si se establecen
los Outcomes
a nivel de
proceso relacionado
con
lo que
requiere
el negocio,
a través de la
realización de
las diferentes actividades de
cada
proceso y se miden
e identifican
los indicadores
validando los target definidos
anteriormente, su
cumplimiento, estará integrado. Por lo que la definición a
nivel de empresa va de arriba abajo,
y la medición,
control y verificación de
los
definido en base a los objetivos de
negocio,
se validará, propagando
dichas métricas de abajo hacia arriba.
Continuará ...
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