martes, 8 de diciembre de 2015

La regla de medir al/del Profesional



Dicen que no hay éxito sin esfuerzo. Será eso la cuestión por la cual el esfuerzo se encuentra antes en el diccionario que el éxito. 

El ser profesional es labor y oficio. Es detalle. Es hacer grande lo que hace. Y esto, si ese esfuerzo, disciplina, sacrificio y perseverancia no es posible. Y aunque a veces culpamos de nuestros males a las políticas y formas en las que actúa nuestra empresa u organizaciones, también nosotros debemos cumplir con nuestra parte.

Y de nuevo viene la parte humana del profesional. Del empleado. El principal problema que puede tener un profesional es su desaprovechamiento por lo que sea. No concibo que alguien que pueda dar 100 solamente por la razón que sea se conforme con dar 90, 80, 50 o una cantidad inferior por sus recursos, experiencia y capacidades.

Ya que si fuéramos capaces de dar 50 y damos 10. El principal problema aunque nuestra percepción no nos deja ver, es que no hemos ganado 10 sino que realmente hemos perdido 40. Y esto, mata la pro actividad, la productividad y mata realmente o interiormente al profesional.

Ahora, la mayoria de las ocasiones que ocurre esto es por un trato, o una no motivación, o un no reconocimiento. Una falta de comunicación y otras causas que hace que el empleado no de lo que tiene que dar.

Por tanto, consideró que si no se puede hacer nada por una parte, debemos buscar otro lugar donde se de el entorno o el mínimo necesario para que demos todo aquello que somos capaces de dar. Al final, paradójicamente, cuando ocurre esto, todas las partes pierden, aunque a ambos lados se eche la culpa a la otra.


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