"Construimos desde las entrañas, no desde el cerebro"
Así debe de ser. O debiera. Cada cuál con sus circunstancias. Con diferentes experiencias sufridas hoy, a veces, me pregunto, sí algunos sino se construyen desde un lado tampoco desde el otro. Las zonas de confort puedes ser desde grandes extensiones hasta de micras. Es tal, la disparidad que por no moverse parece que están algunos todo el día invernando. Y con dicha reflexión me viene a la cabeza lo siguiente y aparte me lo aplico a mi mismo:
"¿Por qué no hacemos nada por cambiar?"
Algunos por limitaciones. Se entiende. Otros por condicionamientos. También se entiende. Pero otras veces, no hay ni una ni la otra. Y encima si unos no hacen nada. Habrá algún responsable que tenga la más mínima responsabilidad de hacer algo. Y me pregunto. ¿Por qué tampoco se hace nada?.
Sí seguimos el razonamiento, ¿Cómo vamos a ser productivos? ¿Cómo vamos a generar valor? ¿Cómo sin hacer nada estamos tan conformes? ¿Cómo no se tiene ni la más mínima inquietud por el cambio? ¿Cómo ...?
Por ello, es necesario tener la actitud, valorar los riesgos y si no se hace nada, dar un paso al frente para que uno mismo con sus circunstancias se haga algo. El talento está ahí sin lugar a dudas. Y si no se ve parte de él, se tiene que buscar y disponer de la creencia que está ahí. Si no se encuentra no se puede trasladar a nuestra mente para luego acometer cosas. Estamos capacitados a hacer grandes cosas. Aunque empecemos por pequeñas. Y siempre haciendo sumatorio se podrán completar grandes. Pero hagamos. Si no, luego no nos quejemos. No nos hagamos víctimas ni vivamos con el victimismo. Ya que la vida de cada uno está para liderarla. Eso sí, cada uno con sus circunstancias.
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