La incidencia incide en el estado de salud del paciente - el servicio - que a través de los facultativos - los que prestan el servicio - analizan los síntomas y en base a su criticidad, impacto y de la urgencia del estado de salud, inician un protocolo de cura, para restablecer al paciente fuera de degradación o de peligro en sus funciones vitales lo antes posible.
En cambio en el problema lo que nos proponemos es procurar una cura o una vacuna permanente para esa enfermedad que ha sufrido nuestro paciente nunca más la vuelva a sufrir. Podrá sufrir otras, pero por lo menos nuestro objeto del problema que era erradicar lo que ocurría a nuestro paciente, desaparezca para siempre.
Es una creencia y debe ser una satisfacción para los facultativos realizar esa acción por su trabajo. Puede ser emocionante y crear una vocación por darle sentido a su profesión. Y proseguir un aprendizaje de mejora continuado que incrementará su desarrollo profesional.
Las oportunidades de intentar dar soluciòn creando una vacuna al problema - los errores conocidos - debe proporcionar una motivación en forma de retos y desafíos para el profesional. Por ello, hasta darle y encontrar la vacuna que erradique la enfermedad - se debe adoptar al paciente - a través de un cambio - y ver sí la misma en principios puede resolver los síntomas y efectos de forma temporal hasta que sea de forma permanente.
Sino debemos seguir generando diferentes vacunas en el laboratorio. Por ello, un problema puede contener de uno a varios errores conocidos y cada uno de estos llevado a la práctica con cambios. Que en el fondo lo que hace es supervisar la entrega, que es la generación de vacunas que terminen con la enfermedad.
Todo este protocolo de actuación, procedimientos de realización, nos trae las sinergías dentro de la operación de servicio del tránsito y la relación que existe o que va, de la interacción/es - incidencia/s - problema - error/es conocidos - cambio/s - entrega/s.
Cuando esto trasciende al profesional empieza a parte de la vocación del servicio que presta a sus pacientes, le empieza, le capacita, le desarrolla o podría hacerlo en disponer de un visión holísitica e integradora del servicio. Y ahí, para mí es donde reside toda la mágia de la Gestión de Servicios.
Entrar en más profundidad sinceramente no tiene sentido sí el profesional no llega aquí y se auto-convence de todo lo que es capaz de hacer y vivir con una misión diaria necesaria y valorada seguro por su actuación por parte de los pacientes.
En cambio en el problema lo que nos proponemos es procurar una cura o una vacuna permanente para esa enfermedad que ha sufrido nuestro paciente nunca más la vuelva a sufrir. Podrá sufrir otras, pero por lo menos nuestro objeto del problema que era erradicar lo que ocurría a nuestro paciente, desaparezca para siempre.
Es una creencia y debe ser una satisfacción para los facultativos realizar esa acción por su trabajo. Puede ser emocionante y crear una vocación por darle sentido a su profesión. Y proseguir un aprendizaje de mejora continuado que incrementará su desarrollo profesional.
Las oportunidades de intentar dar soluciòn creando una vacuna al problema - los errores conocidos - debe proporcionar una motivación en forma de retos y desafíos para el profesional. Por ello, hasta darle y encontrar la vacuna que erradique la enfermedad - se debe adoptar al paciente - a través de un cambio - y ver sí la misma en principios puede resolver los síntomas y efectos de forma temporal hasta que sea de forma permanente.
Sino debemos seguir generando diferentes vacunas en el laboratorio. Por ello, un problema puede contener de uno a varios errores conocidos y cada uno de estos llevado a la práctica con cambios. Que en el fondo lo que hace es supervisar la entrega, que es la generación de vacunas que terminen con la enfermedad.
Todo este protocolo de actuación, procedimientos de realización, nos trae las sinergías dentro de la operación de servicio del tránsito y la relación que existe o que va, de la interacción/es - incidencia/s - problema - error/es conocidos - cambio/s - entrega/s.
Cuando esto trasciende al profesional empieza a parte de la vocación del servicio que presta a sus pacientes, le empieza, le capacita, le desarrolla o podría hacerlo en disponer de un visión holísitica e integradora del servicio. Y ahí, para mí es donde reside toda la mágia de la Gestión de Servicios.
Entrar en más profundidad sinceramente no tiene sentido sí el profesional no llega aquí y se auto-convence de todo lo que es capaz de hacer y vivir con una misión diaria necesaria y valorada seguro por su actuación por parte de los pacientes.
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