Como en todo en la vida sea personal o profesional, te comportes como te comportes, tendrás gente que te respeta, gente que no te respeta y gente que le da igual una cosa que otra. Gente que tendrás a favor, gente indecisa y gente que tendrás en contra. Tendrás hostilidad porque sí de unos, indiferencia de otros y serás favorable para otros. Por muy bien que te comportes o por muy profesional que seas, esto te lo vas a encontrar en todos los sitios y en todas partes.
Cuando estés en una reunión y tengas que presentar algo, o haciendo una conferencia, la gente tiene una predisposición en primera instancia que aunque tu no hayas hecho nada, es lo que debes de vencer. Aquellos que tienes a favor, aunque digas cualquier historia, siempre estarán contigo. A los indecisos puede que porque pasen del tema, o bien porque les falte información son los que con hechos no con palabritas deberás transformarlos en favorables.
Y a los hostiles y detractores, por mucho que hagas, consigas o digas, te han hecho una cruz y prácticamente no tendrás nada que hacer con ellos. Su paradigma, por ser unos inútiles profesionales, incompetentes negligentes u otros, su miedo a su ineficacia y su falta de profesionalidad lo tienen tan arraigado que o les lavan la memoria, o un líder les pone en su lugar o el cáncer y la metástasis será el único resultado que consiguen y alientan en contra de la organización y de todo.
Pongamos un ejemplo, para que lo sintáis por las veces que os lo han hecho o lo habéis sufrido. Estás presentando algo que te ha sugerido tu jefe hacer y ves que tu jefe te escucha junto con el que tiene al lado. Otros en cambio o están jugando con el ordenador, viendo correos o vete tu a saber que "coño hacen en vez de atender". Perdón por la palabra. Otros con la maquinista del móvil. Entonces algo que es para informar a todos para que se tomen entre todos una decisión al efecto, al final como mucho la tomará el de siempre, el responsable.
Porque los otros ni quieren, ni saben y les importa un pimiento. Lo mejor de todo esto, es que pasado el tiempo, mira por donde, sale el tema de su presentación para que tomen decisiones al respecto, pero como estaban pensando o cazando gamusinos, no tienen ni puta idea de lo que tienen entre manos y claro, debes volver a explicarlo. Escuchar, esa repetición negligente como todo lo que hacemos vale dinero, pero mientras que el responsable no haga nada, pues eso, a tirarlo por el retrete.
O lo mismo lo más chocante, es que ante su negligencia y falta de profesionalidad y conocimiento encima te digan que no tienes razón en algo que por tu experiencia y conocimiento fuiste el que lo definió, lo adoptó, no solamente con criterio, siguiendo marcos o buenas prácticas sino lo más importante siguiendo las políticas y las directrices de la organización.
Entonces, os voy a comentar una gran solución para solventar todas estas problemáticas y es ya que pasan estos personajes a segundo plazo los traigas al primero preguntándoles directamente para que hagan el ridículo ya que como no saben de que va el tema, les pillarás siempre en fuera de juego. Pruébalo, por lo menos ya que no tienes el respeto de este personal hostil por lo menos los dejarás en evidencia delante de tu responsable. Y si este, no hace nada, lo mejor que debes hacer es coger las maletas e irte a algún lugar donde te respeten tanto personal como profesionalmente.
La pregunta que sus cabecitas les repiquetea a lo que tu tienes que decir u otros es ¿Y a mi, qué? Y como nos les importa, lo que debes hacer es darle respuestas a dicha pregunta a cada momento. Como comentaba antes, traerles a primer plano. Todo esto a los hostiles por negligentes. A los hostiles por ideas, lo que debes dar respuesta es convencerles con argumentos. Para eso estás. Para convencer con hechos y llevártelos a tu terreno. Así como a los indecisos. Acuérdate, cuando tengas alguna circunstancias parecida no olvides nunca.
Cuando estés en una reunión y tengas que presentar algo, o haciendo una conferencia, la gente tiene una predisposición en primera instancia que aunque tu no hayas hecho nada, es lo que debes de vencer. Aquellos que tienes a favor, aunque digas cualquier historia, siempre estarán contigo. A los indecisos puede que porque pasen del tema, o bien porque les falte información son los que con hechos no con palabritas deberás transformarlos en favorables.
Y a los hostiles y detractores, por mucho que hagas, consigas o digas, te han hecho una cruz y prácticamente no tendrás nada que hacer con ellos. Su paradigma, por ser unos inútiles profesionales, incompetentes negligentes u otros, su miedo a su ineficacia y su falta de profesionalidad lo tienen tan arraigado que o les lavan la memoria, o un líder les pone en su lugar o el cáncer y la metástasis será el único resultado que consiguen y alientan en contra de la organización y de todo.
Pongamos un ejemplo, para que lo sintáis por las veces que os lo han hecho o lo habéis sufrido. Estás presentando algo que te ha sugerido tu jefe hacer y ves que tu jefe te escucha junto con el que tiene al lado. Otros en cambio o están jugando con el ordenador, viendo correos o vete tu a saber que "coño hacen en vez de atender". Perdón por la palabra. Otros con la maquinista del móvil. Entonces algo que es para informar a todos para que se tomen entre todos una decisión al efecto, al final como mucho la tomará el de siempre, el responsable.
Porque los otros ni quieren, ni saben y les importa un pimiento. Lo mejor de todo esto, es que pasado el tiempo, mira por donde, sale el tema de su presentación para que tomen decisiones al respecto, pero como estaban pensando o cazando gamusinos, no tienen ni puta idea de lo que tienen entre manos y claro, debes volver a explicarlo. Escuchar, esa repetición negligente como todo lo que hacemos vale dinero, pero mientras que el responsable no haga nada, pues eso, a tirarlo por el retrete.
O lo mismo lo más chocante, es que ante su negligencia y falta de profesionalidad y conocimiento encima te digan que no tienes razón en algo que por tu experiencia y conocimiento fuiste el que lo definió, lo adoptó, no solamente con criterio, siguiendo marcos o buenas prácticas sino lo más importante siguiendo las políticas y las directrices de la organización.
¿Os ha pasado alguna vez? Seguro que sí
Entonces, os voy a comentar una gran solución para solventar todas estas problemáticas y es ya que pasan estos personajes a segundo plazo los traigas al primero preguntándoles directamente para que hagan el ridículo ya que como no saben de que va el tema, les pillarás siempre en fuera de juego. Pruébalo, por lo menos ya que no tienes el respeto de este personal hostil por lo menos los dejarás en evidencia delante de tu responsable. Y si este, no hace nada, lo mejor que debes hacer es coger las maletas e irte a algún lugar donde te respeten tanto personal como profesionalmente.
La pregunta que sus cabecitas les repiquetea a lo que tu tienes que decir u otros es ¿Y a mi, qué? Y como nos les importa, lo que debes hacer es darle respuestas a dicha pregunta a cada momento. Como comentaba antes, traerles a primer plano. Todo esto a los hostiles por negligentes. A los hostiles por ideas, lo que debes dar respuesta es convencerles con argumentos. Para eso estás. Para convencer con hechos y llevártelos a tu terreno. Así como a los indecisos. Acuérdate, cuando tengas alguna circunstancias parecida no olvides nunca.
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