"Muchos fracasos provienen de haber olvidado que las cosas sólo se arreglan cuando están estropeadas del todo"
Cuando tocas totalmente fondo y no puede bajar o hundirte más, solamente hay dos posibilidades, quedarte en el fondo, o por el contrario empezar a desandar por la vertiente por la que habíamos sin saber por qué o sabiéndose, caído.
Aquí en dicho instante es cuando no te queda probablemente otra cosa que reconocer nuestros errores y por tanto, no nos queda otra, salvo los perdidos de todo, reaccionar. Por ello, esto realmente no es ningún fracaso, sino aprendízaje para lo siguiente. En cambio, por nuestro ego, nuestra naturaleza o no sé por qué, aunque nos lo digan, nos lo describan, nos lo reciten, realmente no hacemos caso y por ello, fracasamos.
Sabemos del dicho que dice que si te caes siete veces; levántate una octava. Solamente un problema empieza a disponerse como solución o en búsqueda de ella, cuando reconocemos - sin miedos, a nada ni a nadie, ni al que dirán - el hecho. Y con dicho reconocimiento, empezamos a poner las bases y las premisas necesarias identificando los por qué del problema. Identificar su causa raíz.
De aquí a querer levantarnos otra vez, o querer resolver nuestro problema, por lo menos este de forma permanente, es volver a tener una ilusión, vivir la verdadera realidad, reconocerla y volver a la ilusión y a aquello que nos disponga, a un estado normal cuando disfrutábamos de nosotros mismos.
Por tanto, no tengamos miedo, nadie nos debe juzgar salvo nosotros mismos, y por favor, reconoce y reacciona. Tú te lo mereces.
Entrada Principal relacionada: Ir a #ConóceTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario