martes, 18 de agosto de 2015

Motivación Extrínseca (Parte II)



Recordemos de la entrada anterior como punto de partida como definía Fischman a la motivación: la energía que dirige nuestras conductas y veremos la diferentes formas de energía que lo ponen en movimiento.

Aunque hablemos primeramente de las motivaciones extrínsecas que son aquellas que son ajenas a la actividad en sí misma y se dan como resultado de ella. Es decir, los premios, bonos, calificaciones, reconocimientos u otros. Por otro lado, que las motivaciones intrínsecas se dan mientras se realiza la actividad. 

Parecen que son lo mismo pero la diferencia es totalmente abrumadora. Por esa razón, las extrínsecas duran poco porque se vuelve otra vez al estado anterior o peor. Además de disponer de costes ocultos, ya que pueden derivan como decíamos en la entrada anterior en personas o profesionales activamente desmotivadas.

Además tenemos que tener en cuenta que los desmotivadores son o pueden ser muchos y son factores higiénicos. Ya que sí existen, desmotiven a las personas aunque su ausencia no significan que produzcan el efecto contrario de motivar. 

La forma de identificar los motivadores extrínsecos es cuando las personas realizan una actividad únicamente como medio para conseguir un fin, es decir, cuando lo que le interesa a la persona o al profesional es principalmente este fin, las consecuencias de hacer algo

Fischman clasifica algunos motivadores extrínsecos como:

  • El reconocimiento
  • Los premios e incentivos
  • Bonos
  • Diplomas, trofeos, certificaciones
  • Evaluaciones, notas
  • Fechas límite
  • Castigos
  • Etc...


Por tanto, al parecer por resumir disponemos no de una motivación sino de dos. Y esto no significa de disponer del doble de motivación. Esto lo aclara Fischman con su fórmula siguiente sobre la motivación. La motivación intrínseca + la motivación extrínseca no es igual a 2 veces la motivación. 

Y esto es debido a dos hechos o factores. Porque la motivación extrínseca tiene costes escondidos además de que esta puede reducir la motivación intrínseca. Ya que al pasar de disfrutar con lo que hacemos y nos salga innato pasamos a estar condicionados con los resultados y por tanto, empezaremos a realizar actividades. O mejor dicho, solamente, priorizaremos para realizar resultados que nos proporcionen únicamente algunos de los motivadores antes mencionados. Es decir, nos moveremos solamente por conseguir el fin, sin importarlos medios. Y ya sabemos, lo que ocurre si esto lo convertimos en un hábito diario. 

Ya que, no es lo mismo realizar las cosas con una prioridad pero que nos mueva el hacer lo que amamos y hacerlo por el oficio y profesionalidad que disponemos no por el beneficio que podamos obtener. Lo que verdaderamente pierde el profesional es automomía. Y gana condicionamientos.




2 comentarios:

  1. Exactamente, muchas veces, es pan para hoy y hambre para mañana. Una relativa subida de sueldo, un diplomita, una formación reglada no significa que se resuelva con ello un problema de fondo, mas bien son aplazamientos de una sentencia.
    O se resuelve y se conmuta la pena, se logra motivar al personal a cargo, o se terminará ejecutado, desmotivado y transmitiendo ese descontento a todo el mundo

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  2. Tu lo has dicho todo lo que puede acontecer como gran vidente. Por ello, hay que tener cuidado de esos costes ocultos que pueden echar por tierra el trabajo de años en un abrir y cerrar de ojos.

    Gracias por comentar.

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