Dos amigos se encuentran después de hace mucho tiempo y a uno de ellos se le ve muy angustiado, lleno de problemas. Entonces, empieza a contar todas sus dificultades al otro y le hace saber cuál desdichado se siente.
Ya cuando había pasado media hora y el amigo no podía soportar tanta negatividad, le propuso a su afligido amigo que lo llevaría a un sitio donde había personas que no tenían ningún problema y que estaba seguro que podría aprender de ellas.
El amigo angustiado no podía creer que esto fuera posible, así que con entusiasmo accedió.
Su amigo le llevó a un cementerio
Por tanto, aprendamos de la moraleja de la historia. Y dejemos nuestro victimismo. Todo está en nosotros. Y la única forma de espabilar de dichos pensamientos y sentimientos es hablar de la muerte. Ese hecho que todos sabemo que está ahí, pero disponemos de la incertidumbre de no saber cuándo nos tocará.
Cuanta razón en tus palabras. Muchos se acostumbran a quejarse y quejarse, sin hacer nunca nada.. Recuerdo siempre cuando mis padres me obligaban a comer algo, con el comentario de que hay muchos que no pueden ni comer. O cuando me quejaba de una gripe, que había muchas personas con enfermedades peores. Al final lo que me transmitían es que en lugar de quejarme, actuara, que siguiera (aunque en ese momento no lo viera así).
ResponderEliminarAl final es lo que ha quedado impreso en mi. Me podre quejar amargamente, lloraré, penaré, pero desde hace mucho intento que esos lloros y pesares duren cada vez menos, y los reemplazo por el optimismo mas absoluto.
Y por mucho que caiga, me levantaré una y otra vez
Educación y aprender de nuestro errores e intentar vivir es lo que nos debe impulsar nuestra actitud cada vez que tenemos la fortuna de abrir los ojos cada mañana.
ResponderEliminarLuego le día irá mal, a medias o bien, pero esto es indiferente a cómo lo empecemos.
Gracias Gonzalo por tus reflexiones y parte personal. Todo un grado.