En una entrada reciente en este blog me refería a la historia del caballo de Troya, en relación a la posibilidad de introducir cambios en las políticas de trabajo actuales.
Me imaginaba un caballo de troya, donde meter todas las ideas correctas de como gestionar un servicio, ideas sobre las personas, sobre los procesos, y lo dejaba a las puertas de todas las empresas, esperando que lo vieran, les atrajera y lo metieran dentro de sus murallas. Una vez dentro y al amparo de la oscuridad, de la confianza provocada, abrir las trampillas y empezar la invasión.
Como se haría con nocturnidad y alevosía, los efectos serían imparables, no habría defensa posible, los defensores no podrían hacer nada, se abrirían las puertas, se derribarían murallas y se conquistaría la ciudadela sin mayor problema.
Entonces desperté, y resulta que la historia soñada no era real, pero espera - me dije - ¿y ese caballo que hay dentro de mis murallas desde hace tanto tiempo?, ¿que función se suponía tenía?, ¿donde estaban mis soldados? .....
Y me dí cuenta de como nos han invadido una y otra vez con ideas y formas de trabajar, intentando ganarnos para su causa. En nosotros está el dejarles llegar a nuestra torre del homenaje, donde hemos de mantener siempre la última defensa. Y desde donde ha de partir la reconquista de nuestro reino.
Y de nuevo me di cuenta que habíamos equivocado nuestra profesión, que las hachas y espadas de antaño, habían sido sustituidas por bits y dinero, por hackers y gestores ineptos que nos intentan conquistar una y otra vez.
Seguimos luchando.......¿Continuará?....
Muy bueno Gonzalo. Las cosas reales se realizan una vez que primero se han pensado y soñado.
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