martes, 8 de julio de 2014

¿Sigue, sigue hablando, que te estoy escuchando ...

"...Creo que soy de lo más resiliente, proactivo, comprometido, apasionado, con actitudes a veces, que no sé de dónde me sale el sosiego de aguantar, lo que muchas veces aguanto...", me comentaba Juan Ludovico la última vez que nos juntamos a charlar y ver el presente y futuro de nuestras inquietudes y circunstancias.

Mi respuesta fue, vamos Juan no será para tanto, veamos la botella medio llena y no nos dejemos contagiar por la negatividad. Sí, eso es lo que yo me digo en mis adentros, pero cuando la falta de respeto llega a límites insospechados no sé como aguanto el tema. Con lo que nos gusta a los dos el tema de Lean y de la filosofía de Toyota. Recuerdas, Respeto a las personas y Kaizen, con eso se puede hacer todo.

Te ha pasado alguna vez esto: "Que vayas a comunicar alguna actividad, algún feedback en persona a tu responsable y le comentes, tienes un minuto y te dicen que sí - ya que sino pueden, uno lo acepta y aunque sea algo que debe conocer el mismo, esperas. Pero cuando te invitan y te dan permiso para que le comentes lo que sea y te dicen:

"Sigue, sigue hablando, que te estoy escuchando ..."


Joder, con perdón, si no me estás mirando, como lo que pueda percibir tu pabellón auditivo, vas a analizarlo, evaluarlo y vas a sacar alguna conclusión o toma de decisión al respecto. 

"ES IMPOSIBLE"


El otro día, viendo  Ver presentación del Libro  "El dilema del Directivo" de Daniel Sánchez Reina  e Isabel Iglesias - no os la perdáis así como recomiendo el libro, brillante, fresco, nuevo, con verdades de nuestro día a día reconociendo errores y planes para mitigarlos en una lectura agradable-  se hablaba de que la toxicidad es contagiosa. La toxicidad del personal o del directivo puede adquirirse cuando se nace y también es posible hacerse si uno se lo propone. Así como en ese punto se hablaba de organizaciones también toxicas, cuya cultura cuando las vacas están gordas y lo utilizan porque generan beneficios imagínense esa cultura del miedo ahora que la cosa pinta en la época de flaquedad.

Lo importante, de esas faltas de respecto, es echar mano de nuestros recursos que junto con la utilización de nuestras capacidades harán que controlemos la parte emocional y actuemos como auténticos profesionales, con ética, principios y valores  minimicemos esas actitudes de personal incompetente y negligente que se cree con derecho de por utilizar un cargo está por encima de todo.

Recuerden:

"Nadie es más que nadie y a su vez menos que nadie"

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