lunes, 21 de enero de 2013

Una cuestión de Ética...

Hace tiempo que llevo dándole vueltas a este tema  La Ética, en dos de sus vertientes, la Ética Personal y la Ética Profesional. Son tiempos proclives a la reflexión sobre nuestro comportamiento...

Como casi siempre que me encuentro perdida en un tema (pido disculpas desde el principio, dado que no tengo más que una opinión personal), busco información y voy en primer lugar al significado de la palabra según la RAE, porque muchas veces nuestra percepción del significado acordado para una palabra se ve influenciado por nuestro contexto educacional y de desarrollo social y cultural, y he aquí lo encontrado:

Ético, ca. (Del lat. ethĭcus, y este del gr. ἠθικός).
1. adj. Perteneciente o relativo a la ética.
2. adj. Recto, conforme a la moral.
3. m. desus. Persona que estudia o enseña moral.
4. f. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
5. f. Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana. Ética profesional

Para el tema que quisiera tratar en este artículo, me quedo con la acepción nº 2 y nº 5, lo que inevitablemente me lleva a buscar el significado de moral y de conducta profesional (de los cuales voy seleccionando, con su permiso para no extender inecesariamente el artículo, los más acordes al tema a tratar...)

Moral.
(Del lat.morālis).
1. adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia.
2. adj. Que no pertenece al campo de los sentidos, por ser de la apreciación del entendimiento o de la conciencia. Prueba, certidumbre moral

Conducta. (Del lat. conducta, conducida, guiada).
1. f. Manera con que los hombres se comportan en su vida y acciones.
4. f. Gobierno, mando, guía, dirección.

y por último el cualificador, en relación a la Ética profesional :

Profesional.
5. com. Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación.

Bien, tomando estas definiciones  semánticas y conceptuales como base, aquello que me impulsa a desarrollar este artículo es la siguiente pregunta:
  • ¿Puede una persona, con falta de ética en su vida personal, comportarse con ética profesional en su puesto de trabajo?
o dicho de otro modo más extendido,:
  • ¿Qué parte de la moral (bien y mal) entendida por una persona en su vida habitual, familiar, con amigos, con vecinos, es inevitablemente trasladable a su entorno profesional?
  •  ¿Es fiable una persona en un entorno profesional, sabiendo que no tiene un comportamiento considerado por los demás ético en su vida personal?
  • Ese comportamiento ético… ¿Quién lo define? ¿Quién es capaz de decidir lo que está bien y lo que está mal? ¿Dónde se encuentra el límite entre lo aceptable y lo inaceptable?
  • ¿Aplicamos a los demás la misma vara de medir que a nosotros mismos?

A medida que vamos creciendo, desde pequeñitos, se produce la socialización primaria, durante la cual se nos van diciendo tanto en la familia, en la escuela, en la iglesia y en la sociedad en general, lo que se entiende por bien y por mal. Con toda esa información que recibimos o que nos van inculcando y tras la socialización secundaria en base con las experiencias que vamos viviendo y las relaciones con los demás, vamos desarrollando interiormente un conjunto de principios morales que normalmente son los que regirán nuestra conducta futura y son personales. Cada persona terminará teniendo los suyos propios en función de sus influencias externas y sus conclusiones internas basadas en la observación, la reflexión, el pensamiento y el sentimiento.  La Sociedad determinará por mayoría en el mejor de los casos cuáles han de ser los idóneos en la convivencia, los principios que la rijan y las normas que determinen nuestra conducta, siendo el caso más evidente las normativas legales que se establecen en los límites del comportamiento social.
Por otra parte, las empresas, suelen definir códigos de conducta corporativa, lo mismo que los colegios profesionales, Códigos Deontológicos para el ejercicio de las profesiones.

Código. (Del lat.*codĭcus, der. regres. de codicŭlus, codicilo).
1. m. Conjunto de normas legales sistemáticas que regulan unitariamente una materia determinada.
7. m. Conjunto de reglas o preceptos sobre cualquier materia.

Todo ello parece indicar que tenemos reconocido la necesidad de ciertas reglas para delimitar el comportamiento de la convivencia, ya sea en la familia, en la vecindad, en la empresa, en la sociedad en general. Y que cada uno de nosotros bajo nuestro criterio y voluntad decidimos las nuestras propias, coincidan o no con las anteriores.
Pero, volviendo a las preguntas objeto de esta reflexión, en el ámbito profesional, ¿somos capaces de perder de vista nuestros principios personales y de seguir, en el caso que no coincidan, los que se hayan establecido en la Sociedad, en el desarrollo de la profesión y en la organización en la que trabajamos? A sabiendas incluso que, en ocasiones, estos dos últimos chocan frontalmente...

Pongamos el ejemplo de una persona que en su vida personal general, suela mentir (digamos porque no considere un principio propio el ser sincero u honesto al cien por cien), dejará de hacerlo en su ámbito laboral? ¿Nos resultaría ese profesional fiable?

Otro ejemplo, si una persona en general no muestra respeto a los demás en su vida personal… ¿Lo hará con sus compañeros de trabajo?

¿Están nuestros principios personales, para bien o para mal por encima de cualquier otro principio? Y si es así.. ¿No es por esa vía por donde debemos empezar a trabajar y mejorar, para posteriormente trasladarlos a cualquier ámbito?

Al menos esa es mi opinión personal, mejorar nosotros mismos en el día a día. Intentar que nuestros principios personales sean los idóneos y adecuados para una feliz convivencia, y por ello, sean reconocidos también a nivel profesional, en base al ejemplo de nuestra conducta.

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