"Y llegamos al final, concluyendo:
Espero y deseo, que ninguno de ustedes sea un SheepWalker. Si lo fuere, está en su mano, cambiar su status quo. Por favor, haganlo!!!!.
Espero y deseo, que jamás se conviertan en ninguno de ellos. Por lo que puede implicar tanto para su vida personal como para la profesional.
Ni que promulguen su práctica. Recuerdan el término SheepWalking. Por favor, no contraten a gente, a personas, a profesionales, para que se pasen 8, 10 o 12 horas poniendo sellos. Ya que, esas 8, 10 o 12 horas serán horas perdidas y muertas, tanto para la vida de esa gente, personas o profesionales, como para la cuenta de sus resultados.
A los que tienen personal a su cargo, les encomendaría lo siguiente. Por favor, confíen en el valor y el potencial profesional que pueden generar sus subordinados. Denles alas y permítanles equivocarse - errar o fallar - en su pretensión de ser creativos e innovadores en todo aquello que intenten y hagan.
Esto, solamente es posible hacerlo de una manera:
Siendo Diferentes
en nuestra forma de hacer y actuar; empezando por nosotros mismos.
Esta es la vacuna que todo lo cura.
Ser Diferentes!!!
Este, era el mensaje que les quería transmitir, esta mañana.
Esta, era mi preocupación que les indicaba, al principio.
Espero que les haya gustado y, que les haya hecho o les haga pensar y reflexionar sobre ello.
RECUERDEN: Don´t be a SheepWalker. Be Different!!!
Hasta aquí llego, lo que comenté, ese día 13 de Noviembre, en ese congreso nacional del itSMF España.
Hubo varias preguntas y cuestiones por parte de la audiencia, pero la que realmente recuerdo, como si me la hubieran comentado hace segundos, fue aquella, en la que se me preguntó:
¿Qué había sentido, cuando me "Conocí a mi mismo" en la fase de cura de esta posible enfermedad?
La respuesta escueta y con suficiente mensaje, fue, "Volví a nacer".
A lo que añadí, que todas las personas, tenemos una única certeza al nacer y es que vamos a morir. Así como, que la incertidumbre que nos acompaña, es que no sabemos cuando. Las personas, tienen de forma general, miedo a pensar en la Muerte.
Yo se lo recomiendo. ¿Por qué? Muy sencillo. ¿Hay algo peor que la muerte? Supongo que No. Pues, a veces, nuestro status quo de victimismo, desaparece, cuando pensamos en qué pasaría si hoy muriese. O dentro de 24 horas. O dentro de una semana. Solamente, el razonar los pensamientos y sentimientos posteriores, nos hace volver a una realidad, que hace que podamos disfrutar y empezar a vivir y liderar nuestro presente, nuestra misión desde el aquí y el ahora.
Dicen que la esperanza de vida, es alrededor de unos 83 años aproximadamente, no se exactamente si es más o menos, me da igual. Y yo ahora con 43, creo fervientemente que estoy en lo mejor de mi vida personal y profesional. Por tanto, según esto, me quedan 40 años aproximadamente de seguir dándoles guerra, con mis inquietudes. Es decir, tenemos 14.600 días, en lo que en cada uno de ellos, tenemos la oportunidad de hacer grandes cosas. O unas 350.000 horas en las que aprovechar, todo lo que somos capaces de dar.
Encuentren su misión y mientras que no se concrete la incertidumbre, vivan, den a la sociedad y, dejen un legado, con aquello, que tienen vocación y les apasiona. En mi caso, la Gestión del Conocimiento y el Servicio.
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