Las organizaciones se crean por
la relación entre personas por un objetivo, una visión e ideas comunes y
compartidas. Los negocios se fructifican y se generan por la misma relación
entre personas independientemente del bien, producto o servicio que se oferte o
demande. Es la grandeza, el propósito, el compromiso y la actitud con la que
afrontamos esa relación, la que hace que las organizaciones nazcan, crezcan, se
desarrollen, maduren, se adapten y sobrevivan.
Por tanto, ese principio preciado
de comunicación entre personas debe cultivarse, enriquecerse, transmitirse para
ser un bastión en valores. Para que nos acompañe de forma innata tanto al ente que
es la empresa como a sus integrantes – no solo a sus empleados, sino también a
socios, proveedores y suministradores, en definitiva a toda la cadena de valor -
para poder tener la mente fija, en seguir el camino de alcanzar ese objetivo,
visión e ideas de sus creadores.
Esta sencillez de ideas
compartidas con un fin común, debe venir sustentada por una filosofía a largo
plazo en la que todos sus integrantes se sientan identificados y partícipes en
responsabilidad y decisión. Esa creencia debe venir apoyada, motivada y
ejecutada por la dirección. Su principal misión debería ser concienciar y
comunicar la misma hasta cada rincón de la organización. Deben hacer crecer a
líderes que conozcan el negocio que comprendan perfectamente el trabajo, la
filosofía implantada. Así como un gran ir más allá, haciendo que estos, como “user
keys” la enseñen a otros.
El personal está esperando como
agua de mayo en dicha creencia. Necesita creer para hacer, necesita estímulos y
saber del respaldo, para intentar ir más allá, para poder equivocarse para
avanzar, desafiar para avanzar, aprender de las lecciones para desarrollarse.
Considero que la gente deseosa de dicha creencia. A veces, me planteo lo siguiente:
¿Sí te preguntaras o te
preguntaran cuál es tú propósito en la organización qué respuesta describirías?
¿Sí te preguntaras o te
preguntaran cuál es tú compromiso, fidelidad y actitud en la organización en la
que trabajas o colaboras?
¿Están alineados tus objetivos
particulares con los objetivos de la empresa con la que trabajas?
Estas entre otras pueden ser cuestiones que nos puede hacer ver el estado de salud de nuestras organizaciones. Creo firmemente que se puede lograr que nuestras organizaciones sean o puedan ser fuente de aprendizaje. Creo que es el gran futuro y propuesta a largo plazo que pueden tener las mismas. Y solamente falta de forma sencilla plantearse a veces unas cuantas cuestiones y trasladarlas a cada miembro.
Estupendo artículo compañero y grandes preguntas......!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario Marga. Y si creo que debería darle respuesta a dichas preguntas y sacar las reflexiones a sus posibles respuestas. Puede que sacáramos algo importante a la luz y que nos hiciera enfocarnos en las nuevas necesidades de nuestros mercados y posicionarnos con una nueva estrategia y planes para dar la talla en los mismos.
ResponderEliminarMagnifica reflexión Luis, ahora no se si todo eso se puede lograr tan fácilmente. Creo que mas bien es la cultura en la que nos hallamos inmersos la que hace que muchas empresas y/u organizaciones no sigan creciendo. Prima mucho mas el interés simple que el común.
ResponderEliminarEs muy difícil motivar a alguien, hacerle participe de una idea, cuando solo piensa en el propio beneficio.
Aun así, completamente de acuerdo contigo
Gracias Gonzalo por aportar tu punto de vista.
ResponderEliminarUn abrazo.