Pintar en la realidad la visión que uno tiene con respecto al servicio, puede ser lo más sencillo del mundo. Lo complicado, es hacerla realidad cada día. Y esa realidad cotidiana, es la que nos hace o nos puede hacer grandes, salvar obstáculos y crear esa magia que todos creo que llevamos dentro.
La información era la joya de la corona, en la que su disposición te hacia jugar con las mejores cartas en cualquier mano. Ahora, tenemos tanta información y en muchos casos disponible por todos, que es complicado a veces, discernir con el tiempo que disponemos, cual será la buena fuente, para poder tomar las mejores decisiones.
La tecnología de la información, la dirección de sistemas o como quieran llamarla a veces, parece que hace caso omiso a esa I que la define, dedicándose con fervor sólo a la tecnología. Esa tecnología que es fundamental para optimizar pero siempre debemos jugar con la información necesaria y vital para nuestros usuarios y nuestros clientes. En definitiva, para nuestro negocio.
Los profesionales, embriagados por esta forma de hacer, pueden perder el horizonte, ya que disponiendo de sus recursos y con sus capacidades, podrían hacer, teniendo esa visión del servicio, eso que podrían pintar en su cabeza cada día y, hacer realidad esos objetivos y resultados.
Por tanto, muchas veces la creatividad y la innovación están ahí y, su tránsito sólo puede ser factible con un conocimiento expreso de lo que realmente quieren hacer como profesionales. Yo les animaría para que de vez en cuando se hicieran esa preguntas. U otras preguntas que resonaran en sus cabezas y solamente con su pensamiento hicieran realidad su mejor obra de arte. Son artistas, aunque muchos no tienen esa creencia pero las dotes las tienen desde siempre.
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