viernes, 6 de junio de 2014

En cualquier lugar, puedes aprender algo de cómo se debe prestar un servicio ...

A muy primera hora del día, un buen café, una buena lectura, planificar lo que vas a hacer antes de pasar los tornos es un buen hábito que te hace entrar en la jornada de trabajo, predispuesto, motivado, con actitud, independientemente, de lo que suceda a lo largo de dicha jornada. Si no se entra así, mal vamos. Esa pequeña media hora escasa puede generar grandes resultados - o podría materializarlos - y economizar y priorizar nuestro tiempo. Y ya sabemos que este - el tiempo - es finito y eso sí, todos disponemos del mismo de forma ecuánime.

No por las actividades que a mí me resultan, si no que estamos a las expectativas y de nuestro estado de animo para enfocarnos en prestar servicio e intentar hacerlo lo mejor posible. Entrando en el lugar que habitualmente tomo café, antes de entrar, venía una empleada, supongo que apurada por llegar esos cinco minutos tarde.

Parece que cuando empiezas algo mál y medimos más la urgencia que lo importante, Murphy aparece y nos acompaña con maldades o calamidades, aunque no sea totalmente nuestra culpa. Pues, aunque para mí ha sido un hecho sin trascendencia, que se haya achicharrado mi tostada, para dicha empleada y su cara - todo un poema - parecía que se le había caído el mundo. Me ha pedido 6 veces disculpas y mi forma de actuar, ha sido como observar nuestro comportamiento en forma de servicio y, animar que ese posible fallo, nos pasa a cualquiera - no somos Dioses.

Otros clientes, podrían en esa situación haber actuado de diferente manera. Pero para bien o para mal, me encanta el servicio y no hay mejor forma que interactuar con él, sea cliente o quien lo provee. Cada vez que lo haces, es una oportunidad de aprender. Su responsable no le ha dicho nada, pero el resquemor lo tenía en sus adentros por lo que le he preguntado.

¿Por qué te preocupas, sí durante todo el día tienes la oportunidad de hacer lo correcto tal y como estás acostumbrada a hacerlo? ¿Crees que la gente es perfecta y que no comete equivocaciones? ¿Has aprendido algo? De su aprendizaje, adquirirás experiencia y conocimiento y eso sí que es importante, par la próxima vez que atiendas otro clientes e intentes generarle valor por el servicio que prestas.

He visto, una ligera sonrisa - sin palabras - que denotaba agradecimiento. La cuestión es que seguramente esta persona, no lleva más de una semana y, por ello, ella le daba tanta importancia. Por eso, los gestores de servicios, o los responsables deben enseñar y estar presente en cada momento para ayudar y fomentar tanto un entorno agradable para trabajar como para aprender. Lo bueno de todo ello, es que su responsable me ha dado las gracias, por lo que creo que ambas han aprendido la lección.

Todos, todos los días, nos equivocamos, por lo que debemos asumir nuestra equivocación y aprender de las mismas, para que la siguiente intentemos hacerlo mejor. Lo genial de esto, es que la mejor manera que creo uno tiene para aprender como generar mejor valor a los servicios a neustros clientes, es ver como lo hacen otros en sus servicios y más que juzgarlos, quedarnos con lo bueno que veamos y eliminemos lo inservible.




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