Compañeros de viaje, esta mañana me encontré con el post de Marlon Molina, titulado: ¿Cómo se mide la calidad? , una
interesante reflexión sobre dónde reside la Calidad, y sobre las certificaciones de calidad que en un principio deberían asegurarnos a priori la existencia de la misma en los productos y servicios que gozan de ellas......
Y me vinieron a la mente dos cosas, por un lado el siguiente esquema de ITIL sobre la creación de valor donde éste se define como el conjunto interrelacionado de Funcionalidad y Garantía:
Y por otro lado dos post que compartí hace tiempo sobre el concepto “calidad” que entiendo sigue vigente:
Y vuelvo a reiterarme en mi creencia de que la Calidad no es un concepto aparte al conjunto de todas las actividades llevadas a cabo en la organización, debe ser algo inherente a todo lo que se hace y a todos los que lo hacen posible.
Por otro lado , el valor de las Certificaciones , lo establece la propia organización en función de sus objetivos y estrategias, También hablamos de ello en otros dos posts, uno relativo a las Certificaciones en la Organización, y el otro relativo a las Certificaciones de los Profesionales (referenciado en el anterior):
Teniendo en cuenta todo ello, qué nos queda a los consumidores de productos y servicios,
- ¿Podemos fiarnos de las certificaciones que se exhiben en los productos y en las salas, en las webs, en las tarjetas de presentación, dossiers u otros medios de exposición de las empresas?
- O tal vez debiéramos profundizar y conocer su vigencia (actuales , renovados, no renovados…) y a qué aplican (alcance) para no llevarnos decepciones?
Y en caso de insatisfacción,
- ¿la expresamos de manera útil y constructiva?
- ¿Hacemos uso adecuado de las encuestas de satisfacción y de los servicios de reclamación y quejas, para que las organizaciones tengan evidencias que les ayuden a su mejora continua?
- ¿Cuál es nuestra responsabilidad, como usuarios o consumidores finales de productos y servicios ,en esa mejora?
¿Qué os parece?