Dos palabras mágicas - entre otras - para la educación, para la prestación, para la confianza, para las relaciones, para el servilismo, para el servicio, para el respeto - a las personas, a los empleados, a los clientes, a la sociedad-, para el buen hacer, para crear cultura, una estrategia ganadora pero con sinceridad.
¿No creéis? ¿Se usa? ¿En qué %?
Cada vez que interaccionamos con los demás y, sobre todo cuando tenemos una necesidad que le solicitamos a otros para que nos la solventen, ¿Cómo pedimos las cosas? ¿Antes de entrar, dejamos salir? ¿Damos más que recibimos? ¿Damos sí recibimos y obtenemos un beneficio?.
En mi caso, lo suelo utilizar como un buen hábito y, a veces, está el terreno tan denigrado habitualmente, que puedo recibir comentarios como "tienes plantillas que utilizan cuando nos mandas un correo", "seguro que detrás de esas palabras hay algo más".
¿Por qué a la gente dichas palabras las ve actualmente como sólo un interés para que le hagas algo, un favor?
Se habla mucho de trabajo en común, en equipo, con sinergias, buscando empatía, pero el ambiente y parece que en las zonas por donde nos movemos, buscamos - no se si por estrés o por qué causas - más que ver una cortesía, un yo soy igual que tú ante todo debe haber un respecto de que nadie es más que nadie ni menos, unas razones del comportamiento por parte del emisor y ver qué se busca con dichas palabras. Cuando de forma generalista, debería ser una forma coloquial de educación que pasara de forma inconsciente como una forma normal y establecida.
En persona, utilizar las mismas con nuestro habla, acompañada con la mirada y con lo que transmite nuestro cuerpo y nuestro lenguaje no verbal podrá ver sí el emisor al utilizarlas está relajado, son palabras sentidas, o por el contrario se busca un algo utilizando dichas fórmulas.
¿La obligación o la responsabilidad del deber hacer algo no merece un trato cortés con educación? O ¿todo vale?
ResponderEliminarHola Luis.
ResponderEliminarDice un refrán que cree el ladrón que son todos de su condición, de ahí esos comentarios. Vivimos en un mundo en el todo tiene un precio y este viene dado por el beneficio que puedas sacar de ello, por desgracias y cada vez más, son palabras que solo escuchamos precedidas o como coletilla a una petición y aunque está muy bien decirlas y escucharlas, el problemas es que no se sienten, se quedan en un mero formalismo, pero lo peor de todo esto, es que al final, es lo que inculcamos a nuestro alrededor, incluso a nuestros hijos, que el día de mañana harán lo que hayan visto. Si queremos que nos traten con educación y respeto, primero tenemos que ser educados y tener respeto nosotros.
Completamente de acuerdo. Por ello, considero que una de las actitudes más fundamentales que pueden existir es el respeto. Sin ello, como indicas no hay nada. Por lo que, no es que haya que ganarlo sino exigirnos a nosotros mismos seguir el ejemplo y exigirlo a los demás. E intentar que nuestras acciones o la mayoría de ellas, vayan encaminadas a ello.
ResponderEliminarGracias por participar y dar tu opinión.
Un saludo
Por desgracia en nuestra sociedad, se va perdiendo mas esa relación humana que influye en esa correcta y respetuosa comunicación entre las partes. A parte de que se logre mas con un halago que con un "palo", no hay que olvidarnos que hemos de tener el mínimo respeto exigido con cada persona que tratamos.
ResponderEliminarEfectivamente no solo se esta perdiendo la cortesía y el respeto que hacen mas agradable la convivencia profesional y personal, sino que además he observado que en ocasiones hay hasta a quien le da vergüenza decir "Gracias".
EliminarSin relación no hay nada. Sólo perder-perder. De pena, pero es lo que algunos deciden hacer.
ResponderEliminarGracias Maria Luisa por tu comentario. Vergüenza!!! Sí la verdad que algo que debería ser inconsciente y sentido, se ha retorcido tanto, que como sociedad nos debería preocupar.
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