Hoy mientras que volvía a casa tras terminar la jornada de trabajo con mis pensamientos, antes de cruzar un semáforo para ir a la estación a coger el metro, he visto algo raro. Un hombre haciendo aspavientos, parándose, agachándose, no tenía mala pinta. Todo ello, mientras pasaban los coches esperando a que se pusiera el semáforo en rojo para poder cruzar.
Sin desviar la mirada de la persona, la intuición me inducía a que se caía y nada más ponerse el semáforo en rojo, se ha caído de cabeza con un golpe de los más sonoro.
Lo mismo que he visto yo, lo han visto las quince o veinte personas que estábamos esperando en el semáforo. Y lo más fascinante, es que todos han seguido mirando pero sin pararse salvo un caballero y un servidor.
Yo no me considero ni un ángel ni un demonio, pero me ha parecido alucinante. El hombre al parecer de buena compostura pero ebrio, al caerse se ha roto las gafas y con una patilla se ha producido cortes en la cara. Mientras, inconsciente, no sé si del golpe o de su estado, mientras que intentaba darle la vuelta, la otra persona llamaba a la policia.
Hemos pedido ayuda para darle la vuelta y ya lo he tenido que decir de forma un película grosera para que tres o cuatro se pararan y nos echarán un cable.
La policia ha venido en tres minutos y a su vez ya habíamos llamado al Samur. Con diferentes cortes en la cara y mi cazadora llena de sangre - es lo de menos - hemos podido incorporar levemente y ponerle en una postura de semi tumbado mientras que la policia aparecía.
Comprobando que respiraba y que él Samur llegaba la policia nos ha dado las gracias así como la mirada ha sido de satisfacción por ayudar a otra persona. A otro ser humano.
¿Qué ha pasado con aquellos del semáforo que han pasado de largo? ¿No hay sensibilidad? ¿Y si les hubiera ocurrido a alguno de ellos?
Alguno va en el metro o en la rente. Hay zombies humanos cuyo único objeto es atender a su móvil. No me entraña que la gente se caiga or escaleras mecánicas o andenes. Ambos hechos los he podido vivir en persona. La tecnología parece una fritura que deja inertes a las personas.
Y si no cuando hay asientos disponibles para ancianos y embarazadas o con algún problema y la gente en vez de levantarse, agacha la cabeza y no cede estos sitios reservados.
Sé que no todo el mundo es igual. Espero que esto haya sido una particularidad. Pero como sea general el problema de inhumanidad crece de forma lamentable. Espero como digo que eso sea un hecho particular.
No sé el estado, espero que bien de la persona que hemos ayudado pero por lo menos los dos que nos hemos puesto sin miramientos manos a la obra, nos hemos reconfortado con un buen diálogo mientras que entrábamos en la estación. Casi a la par hemos hablado de ética. Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a tí.
Lo dicho ni me considero ni ángel ni demonio, pero los seres humanos debemos de cuidar de nuestros congéneres, independientemente de la causa. Lo único que pienso mientras escribo que dicha persona se haya repuesto. La lástima no saber de su nombre y no hablar de él sin ponerle uno.
En fin, más humanidad es lo que debemos tener.
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