El 12 de Noviembre en el Teatro Centro Cultural Pilar Miró realicé la ponencia que da título a esta entrada en un evento llamado "Sociedad del Conocimiento: Progreso, Innovación y Bienestar" organizado por la Fundación Gestión del Conocimiento. Intentaré basado en mis recuerdos y experiencia en la misma, relatarles cual fue mi mensaje hacia la audiencia.
Lo fundamental y primero es darle las gracias a quién se interesó para que acudiera a dicho evento como la presentación que hizo al principio del mismo, en esa magnifica jornada que mantuvimos las personas que tuvieron a bien asistir al mismo. Ese fue lo que hice a Ángel de Mora y su Fundación.
En los siguientes 30 minutos - con 56 slide - les traje una charla muy dinámica, con preguntas abiertas, donde lo más importante era su participación - hablo de la audiencia - y en la que todos - esa era mi principal prioridad - deberíamos reflexionar sobre lo que representa "Aprender a través de la experiencia y del error".
Ese día era muy importante y especial para mí y me gustó empezar compartiendo con todos los que me escuchaban la mayor experiencia y aprendizaje, que yo he tenido en toda mi vida.
Y era la de haber sobrevivido al cáncer, ya que no todo el mundo, por desgracia, tiene la fortuna de contarlo. Exactamente ese 12 de Noviembre, hacía 14 años que me lo comunicaron. Y tengo la creencia, que ese día volví a nacer y la vida me dió una segunda oportunidad.
Por lo tanto, soy un auténtico adolescente de 14 años aunque en mi carnet de identidad sitúe mi edad en los 44 años. Este es un hecho fundamental, que me haga que me mueve en un ímpetu de aprender y conocer de forma diaria.
Mi aprendizaje ha sido que, todos nacimos para realizar un propósito y la lástima que a veces, solamente las personas, cambiamos cuando disponemos de un suceso trágico, para nuestra existencia.
Mi propósito por tanto, se centra, en el aprendizaje y el conocimiento y en compartir lo poco que sé con los demás. Así que, espero que todos tengan ya el suyo o piensen en uno. E intenten hacerlo realidad. Es lo más bonito que puede dejar como legado a la sociedad, familia y amigos.
Por tanto, jamás borraré esa palabra cáncer de mi cabeza. Ya que considero que ella me ha hecho cambiar hacia mejor y por ella, hago y disfruto o lo intento de cada segundo de mi nueva vida.
El primer mensaje que expuse es que, no existe ni el éxito ni el fracaso. Solamente existen experiencias positivas y negativas. Donde el aprendizaje sobre las primeras es crear buenas prácticas, hábitos, conductas que debemos asumir y comunicar a los demás. Mientras sobre las segundas solamente nos queda aprender de las mismas, para no volver a repetir los mismos errores.
Por tanto, tenemos que quitarnos el posible miedo que existe ante este tipo de experiencias, ya sean positivas o negativas. La importancia es el camino que recorremos y no el coger ninguna de las dos circunvalaciones.
Ante un experiencia negativa podemos actuar de tres formas diferentes: O no hacemos nada por tanto la siguiente vez que tengamos la misma experiencia tendremos el mismo resultado. O aprendemos de la misma por tanto, lo poco que hayamos aprendido hará que por lo menos avancemos y que el resultado sea diferente. Y la mejor de las tres; Plantearnos un reto o un desafío. Con ello, no solo aprendemos, sino que al cuestionarnos a nosotros mismos, nos impulsa, y con el compromiso, sacrificio y la perseverancia conseguiremos no solamente solventar esa experiencia negativa sino en transformarla en positiva.
El segundo mensaje que quería transmitir a la audiencia es que nada ni nadie les incida en que las cosas son imposibles de realizar. La imposibilidad y la limitación siempre nos la ponemos nosotros mismos por nuestras creencias.
¿Y qué son por tanto esas creencias?
Las creencias son ideas que asumimos como realidad y terminan normando nuestra vida. Las hay de dos tipos. Las creencias limitantes son aquellos que impiden a las personas conseguir lo que desean. Mientras que las creencias empoderantes son aquellas que nos dan poder al derribar los límites preexistentes.
Así que pregúntense ¿Cuál es su propio límite? Y hagan todo lo posible para derribarlo. Recuerden, muchas de las limitaciones son solo nuestras así que lo imposible es totalmente viable. Desafíense o rétense y verán lo que puede ocurrir.
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