Podrían ser diez, o cuatro o doscientas. Pero considero que con las siguientes seis el resto tendrían que ser optativas. Optativas que deberían versar en transmitirnos aquella información que nos vaya a ser útil en nuestra vida.
De forma obligada nos debería el sistema educativo a enseñar a:
- A Aprender
- A Hacer preguntas
- A Pensar
- A Descubrir mis talentos y capacidades y potenciarlos
- A Compartir en vez de ser competitivos
- A Respetar el "Ser Diferentes"
Con estas, cualquier información a transmitirnos con posterioridad nos haría no aprender las cosas de memoria sino con práctica, pensando en las mismas, planteándonos preguntas, respetando las opiniones de los demás y compartiendo todo lo que sabemos. Así creo, que sembrando dicha semilla cualquier persona tendría un mundo abierto de posibilidad que además le sirviera desde el primer instante de terminar sus estudios empezar a trabajar con unos mimbres claros y con unas habilidades y capacidades innatas en la profesión que han sacado que para él va como anillo al dedo.
Debemos plantearnos el desafío de qué hacer hoy para el mañana. Contando con todos. Eso sí que podría hacer en un futuro que las organizaciones aprendieran y que conformáramos una sociedad del conocimiento en el que sus integrantes disfrutaran de lo que hacen.
Un cambio radical del sistema educativo.....interesante, rompedor y disruptivo...Ahora bien, ¿lo ves factible?
ResponderEliminarUn desierto se forma desde un grano de arena. Y un maratón se completa a partir de la primera zancada.
ResponderEliminarQué yo pueda hacer algo con mis recursos y capacidades pues no sé. Pero hablar de ello, con prestancia no me cabe duda que seguiré añadiendo granitos y granitos.
Simplemente calidad de enseñanza, bien digo enseñanza. No adoctrinamiento, que es a lo que nos tienen acostumbrados
ResponderEliminarMuchas gracias Tomás por el comentario. La calidad sea en la enseñanza o en lo que sea cuesta pero genera siempre resultados. Por eso, mi inquietud y supongo que mucha gente más en que se puede hacer mejor. Para quién para la propia sociedad, nuestros hijos, o quien sea.
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