"Hablan. ¡Qué hablan!. ¡Qué hablen!.
Cuando uno es libre de hacer y de decir lo que piensa, en base a sus criterios, el que hablen - para bien o para mal - cómo lo hablen y lo juzguen o el simplemente que te de o te importe un pepino la opinión de los demás es un grado.
Sí uno está conforme a lo dicho o lo realizado y asume la responsabilidad y las consecuencias de lo hecho o dicho, entonces por lo menos, tendrá una coherencia, en todo lo que vive cada día en su mundo. En ese que en cada instante crea y que todos tenemos dicha facultad de hacerlo.
Muchos dicen, que las circunstancias es que se hable de uno, sea bueno o malo. Ya que si no existe, entonces no existes. Pero creo que dejarnos influir por lo que hagan o digan los demás es de lo peor que podemos hacer. Ya que, cada personas somos diferentes y ante un evento o circunstancias según lo que hayamos experimentado, conozcamos o hayamos vivido, nos generaremos una idea diferente de dicho acontecimiento.
Por lo que, aunque cada uno puede actuar con la libertad que quiera, lo importante, es tener esa libertad y desde la misma, hacer lo que cada uno estime como correcto.
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