viernes, 11 de octubre de 2013

“Eres un Don Quijote luchando contra gigantes / molinos de viento”.

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza - e ITIL - en astillero, adarga antigua - en temas de gestión y gobierno de TI y personas -, rocín flaco y galgo corredor. 

Qué gran comienzo por todos conocido, obra ilustre, cuyas realidades del personaje en cuestión, lo tildaban de loco, pero creo que fuere posible que fuere el más cuerdo de los mortales. 

El otro día, un gran profesional y amigo, me comentaba sobre una cuestión que le planteaba, cuya respuesta sincera - hacia mi persona - era que actuaba como el título de cabecera. Indicándome, que pese a las lesiones y avatares, no permitiese acabar con mi pasión, mi tesón, mi creencia, en esto llamado Gestión de Servicios y Gobierno de TI.

Hoy, como siempre hago cuando me levanto, intento buscar información y noticias que sean de interés sean de la vida misma o del sector. Y hoy me he encontrado como la mayoría de los día, las falacias, mentiras y otras lindezas, que la gente vende sobre lo que hace que con respecto a lo que es la realidad, es una farsa bien ejecutada en cualquier teatro o evento escénico.

Hay tal diferencia entre "lo que es" y "lo que debería ser" que cualquier persona con mínimo interés sobre la temática, puede concluir que la mayoría de lo que se piensa y dice son "patrañas" y queda mucho que desear con lo que es hace, lo que se lleva a la acción. Por ética y moral, debería existir un fuerte equilibrio y armonía entre esos tres conceptos o acciones. Ese pensar, en ese decir y en ese hacer tomando como referencia estos dos últimos.

Cuando asesor, cuantos estudios de mercado, cuantas opiniones de gente, que describen, denotas y especifican y concluyen con datos e información que es totalmente infundada y solamente sirve de marketing o prevenda. Las cosas funcionan cuando la gente quieren que funcionen. Estamos rodeados de información machacona en las radios, prensa, televisión, que si lo pensamos da totalmente asco. Y lo que nos induce, es a mantenernos y crear que existe un estado del bienestar, sea en la vida cotidiana o en la profesional, cuando esto no se lo cree ni el tato.La vida es movimiento. La vida es cambio y lo que provoca todo ello, es resistencia. Vivimos en una cárcel imaginaria, cuya frontera es nuestra propia conciencia.

Opinamos sobre la imagen de lo que vemos, no de lo que vemos. El pensamiento que es pasado, hace que nuestro cerebro busque en su "google" memory si tenemos algo sobre esa noticia, concepto, imagen en cuestión. Si yo les dijera que me comentaran cuál es su nombre, de forma inmediata su nombre vibraría a través de sus cuerdas vocales. Pero sí yo les comentara que me hablaran de qué significa pensar, ver, escuchar, la respuesta no sería automática.

Eso hace que el centro de nuestra conciencia, aunque tenga espacio y tiempo, nos tiene limitado por su contenido y esto, hace que estemos en una gran prisión. Aunque la misma tenga las paredes y los suelos de oro, no dejará de ser una prisión, mientras que no nos desalojemos de ese centro. Ese centro viene condicionado, por nuestra tradición, familia, entorno, sociedad, que hace que no sepamos avanza y pensar. Que no salgamos de nuestra jodida caja. Por eso estamos insatisfechos. Y la información que nos sobreviene va en la línea de hacernos bajar los brazos y que de una vez por todas fluyamos como ovejas de forma diaria y cotidiana.

Si esto lo extrapolo en nuestro sector, cuanta mentira y patraña enmascarada hay. Yo no me considero ni mejor ni peor que nadie. Y la autoridad formal impuesta me la paso yo por ... siempre y cuando la falta de respeto a nivel personal y profesional esté en liza. La gente vive con ese miedo y temor. Y sí alguno intenta cambiar para convertir el deseo de ser insatisfecho a la satisfacción, dicha agresividad del cambio, nos hará por todo lo que tenemos de experiencia y conocimiento pasado, a volver como círculo vicioso de nuevo a estar insatisfechos. A menos que rompamos con todo. Con el centro. Esa es la única manera de ser libres. 

La gente no cambia ni la puedes cambiar. Este es un proceso particular, íntimo de cada ser humano. Entonces, la gran falacia que nos envuelve trae consigo que unos como he comentado bajen las manos, otros no se mojen pero estén atentos y otros que somos los que denotamos e intentamos aunque sea en mínimos decir lo que pensamos y actuémos en consecuencia, seamos apartados como posible individuos, que puedan hacer cambiar el status quo de algunos pocos, que son los que se llevan el pescado y lo que no es pescado al agua de su círculo.

Por ello, cada vez hay más diferencia entre clases. Y esa diferencia dependiendo dónde estés, hace que más que mirar interiormente lo que hacemos y lo que queremos hacer, pensemos en cómo nos miran y nos ven los demás. Aquí radica gran problema de la sociedad. Por eso, ante mis mayores defectos mi única virtud es con valor y osadía, día tras día, encaramarme con esas grandes moles llamadas molinos. Agradezco a mi amigo, su visión sobre mi persona, la cuál, más que sentirme agraviado me impulsa más y más a seguir diciendo lo que pienso. Que creo que a dia de hoy es un grado y no mucha gente se atreve a hacerlo.